«Hay gente que cree que Justicia es sinónimo de venganza, y no»

  • Le ha costado conceder esta entrevista pero ante la grabadora transita con naturalidad por la tastienda de la ley y del Derecho, tan ajena como inexplicable para un gran sector de la sociedad que es inexperto.
  • Defender a acusados de delitos graves que repugnan a la opinión pública genera controversia y cierta presión hacia los penalistas, lo que demuestra que todavía se debe hacer mucha pedagogía.
  • Su dilatada experiencia habla de él como de un cirujano que opera sin preguntarse a quién tiene sobre la mesa.

P. Así en frío, ¿habría defendido a El Chicle, José Bretón o a Ana Julia Quezada?
R. Tendría que conocer a esa persona y ver si me convence de que la tengo que defender. Me muevo mucho por vibraciones y si considero que debo defenderla porque me convencen sus argumentos, lo haría. Nunca me hago cargo de casos sin conocer personalmente a los acusados.

P. Para usted que está inmerso en diversos casos mediáticos, ¿es un reto representar a personas con este perfil?
R. Para mí es un reto porque cuanto más grave es un delito, más elevada es la pena que se puede llegar a imponer, y por tanto, más importante es el papel que desempeña el abogado para garantizar un ‘juicio justo’, sin que tengamos que hacer un juicio de moralidad, ya que los jueces son los encargados de la ardua tarea de juzgar, condenar o absolver, y justificar sus decisiones.

P. ¿A un inocente lo defiende cualquiera y a un culpable no?
R. Es muchísimo más difícil defender a un inocente porque una persona que es inocente y se está sometiendo a un juicio y es condenado, el peso moral que te llevas es bestial. El remordimiento es mucho peor que si se condena a un culpable. Cuando crees que una persona lo ha hecho y el juez condena, no tienes remordimientos de conciencia pero si es al revés sufres por el daño irreparable que esa decisión causará a esa persona y a sus familiares.

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